lunes, 19 de diciembre de 2011

Leer es placer

Leer es placer y en función a ello escribo este post, se trata de Estrella, personaje que poco a poco ha ido formando su propia historia, crearlo fue dificil por las peculiaridades que quise atribuirle, sin embargo pronostico un buen futuro, lleno de muchos relatos que podrían ser interesantes (dependiendo de mi ánimo). 
Los otros personajes que la rodean irán cambiando conforme vaya culminando la historia central (no tengo planeado aún un buen final).
Quería dar una explicación breve ya que es una de las etiquetas que ha tenido buena acogida y por ello agradezco a los lectores que se toman la molestia de entrar a esta humilde posada (como bien lo he dicho antes) a pesar de mis continuas advertencias pero seguiré insistiendo: NO LO LEAN.      

...

Él estaba sentado en la biblioteca de su universidad esperando a Lorena, pero no le daba "señal de vida"asi que aprovechó ese tiempo en buscar algunos libros de publicidad en los 40' y de casualidad ve a Estrella:
-Hola?- Fernando preguntó algo dudoso 
-...hola  
-También estás buscando los libros para el trabajo ese que dejaron? 
-Sí pero no se cuál escoger- ella respondía con recelo
-Mmm, yo tengo algunos, te los puedo prestar, claro..si quieres
-Prefiero buscarlos por mi cuenta, pero gracias-

Como nunca Fernando se fue sin insistir más, quedando con algo de incomodidad pero toda esa sensación se borró con la llamada de su novia. Le dio el alcance, se abrazaron y olvidó por completo aquella vieja amistad (porque pese a todo en el fondo de sus recuerdos hay vestigios de los buenos amigos que un día fueron), el contexto no fue agradable para ninguno de los tres. 
Mientras Estrella leía en una de esas mesas, a lado estaba Lorena y Fernando compartiendo sonrisas y palabras cariñosas que es imposible de contener pero de rato en rato las miradas de él se desviaban hacia el pasado, hacia los buenos momentos, porque si bien ahora su corazón esta perdidamente enamorado de esa personita que accidentalmente entró a su vida pero permanece en ella, jamás le dejará de gustar aquella otra, con la cuál los recuerdos son más que abstractos.
Sin embargo la vida te enseña que un gusto puede ser pasajero o te acompaña con el tiempo pero nunca es tan fuerte como el amor verdadero, depende de uno elegir qué te hace más feliz.