jueves, 22 de diciembre de 2011

Un minuto y sé feliz


Me detengo un instante para colgar un poema que hace mucho tiempo lo hice y ahora es cuando decido publicarlo, en conmemoración de mis mejores amigos, pero estoy segura que uno de ellos no lo sabe debido a la distancia y el congelamiento de nuestra amistad, aunque si algo bueno puedo sacar, es que de esa forma se conservará. 

Tengo los mejores amigos del mundo
Que en pequeños detalles perfilan mi vivir.
Que hacen que el día de mañana
Nunca, nunca llegue a su fin

Aquellos que no permiten que mis lágrimas caigan
Y que están dispuestos a escuchar y percibir.
Grandes moldeadores de mi alma
Personas que no engañan,
Gente que nació no solo por existir

Guardianes que Dios puso en el mundo para vigilar.
Aquella mano amiga que siempre esta dispuesta a ayudar.
Que pasaron de dar palabras a una vida por entregar
Que pasaron de escucharnos para trabajar en los problemas

Fuente de consuelo en donde mis alas puedo descansar
junto a mis ilusiones, anhelos y esperanzas
Siempre estarán dispuestos a apoyar
Son aquel abrazo despierto a abrigar
Son aquella caricia o aquella mano dispuesta a levantar.

Estoy de acuerdo en pensar
Que los mejores amigos eternos existen
Ya están trazados para cada uno,
Están designados para delinear nuestras vidas
Y los míos están para intercambiar la felicidad