- Llorar es bueno, dice Vero.
Después de una noche de lluvia con gente transitando y un pájaro en un árbol, solo quedaba respirar.
- Inhalaré de tal forma que se ensanche mi diafragma – empezó a querer parar de llorar con una técnica que recordó.
- Uno, dos y tres inffff…. Fuuuuu – esto es una estafa, no sirve de nada
- ¡YAAAA BASTA! – en un estado devastador solo quería llamar la atención
Tirarse de la ventana no es una muerte segura, quedas adolorida, morada e hinchada. Tomarse pastillas para dormir sería excelente, lástima que a las 2 de la madrugada no podía salir de su habitación. Por último no quedaba otra opción que intentarlo por vía natural.
- Tengo los ojos rojos, la nariz grande como pataclaun , el rostro grasoso y el moquillo que se me cae – se describía mientras miraba el espejo del baño
- No es justo que por su culpa yo esté así ¡NO ES JUSTO!, cálmate, no puedes hacer bulla porque sino tu madre se levantará y comenzará el interrogatorio – hablaba con su reflejo
- Listo, me lavaré la cara, me secaré bonito y derechito a la cama como una oruguita.
Tomó un par de sábanas y creó una mini carpa sobre su colchón, prendió la linterna de su celular y todo estaba listo para poco a poco quedarse dormida.
- Programaré 60 minutos mi equipo para que se apague, no creo que me demore tanto en dormir – un poco calmada se daba ánimos.
60 minutos después el equipo se apagó, quedándose a mitad de la canción: “Hoy es viernes sangriento…”
- ¡Maldición! Que rayos tengo que hacer para poder dormir de una vez y dejar de pensar en ti, solo quería que me des atención, ¿tan difícil es entender eso? – definitivamente ya no podía más.
Llorar es bueno pero más de dos horas es una pérdida de tiempo y si es por alguien, es una estupidez.
- No me dejes ir – ilusamente pensaba que él la escucharía
- Te quiero, te quiero… - cayó rendida