sábado, 1 de diciembre de 2012

Columna de Uvas_11

No respondió. Silencio.


Ese silencio que te destruye los pensamientos. Que te hace imaginar miles de respuestas pero ninguna aciertas. Abigail cogió sus cosas y se aproximó a la puerta.




Siento que algo está cambiando, al llegar y verte pensé que sería divertido. Esto ya no me está gustando. ¿Quieres saber la verdad?... Te quiero. Odio que estés con esa chica, que me hayas cambiado tan rápido, cuando yo lo único que hacía era pensar en ti pero parece que poco te importé.





Él la jaló, le pidió perdón, pensó que ella lo había engañado, que el irse a Barcelona fue un pretexto para no verlo más, entonces su único remedio fue buscar un refugio, intentar olvidarla.
En ese momento Fernanda apareció y sin darse cuenta llenó todo el vació que Abigail dejó.

Se miraron, ella estaba derrumbada, al parecer ni el tiempo ni la distancia ayudaron a olvidarlo. Quizás será mejor que se vaya y continúe con su vida lejos de él. Ya no hay remedio para tal daño que ambos se ocasionaron.