Anocheció y necesito saber si aún me deseas, si aún sueñas con estar a mi lado, si no te molestaría tener el papel secundario, si seguirías conmigo siento el otro, aceptando mis condiciones y limitaciones. Sabiendo que por ti no siento amor pero existe ese ardiente fuego que con las miradas nos envuelve, nos eleva al paraíso y caemos al infierno con tan solo rozar tu piel, por la tranquilidad de la noche y el deseo carnal de lo prohibido. Si habría culpable seríamos ambos pero el tiempo paso y como nada es para siempre, el agua se calmó, trascendió en amistad pero basta con un descuido y podemos regresar a lo mismo, es cuestión de tener control.
Nadie nos puede juzgar, ni nosotros mismos auto castigar, el único pecado que cometimos es expresar lo que sentimos, un deseo, una pasión, un impulso que movió nuestros cuerpos y convirtió ese momento en algo eterno.